el mundo


Aún no he terminado de leer la última obra literaria del  escritor libanes Amin Maalouf, pero  me he detenido un poco a meditar en la introducción del libro la cual inicia así:   Hemos entrado en este siglo nuevo sin brújula.   Ya en los primerísimos meses ocurrieron acontecimientos preocupantes que llevan a pensar que el mundo padece un desajuste de suprema envergadura y además, en varios ámbitos al mismo tiempo: desajuste intelectual, desajuste financiero, desajuste climático, desajuste geopolítico, desajuste ético……..
Son las palabras de un hombre experto en economía, política y sociología , un hombre que ha vivido muy de cerca la guerra y el exilio, un hombre que por su trayectoria nos puede llevar a pensar que el mundo está loco, o que como mínimo, está desajustado.
Parece que el ser humano se las arregla bien para generar el caos por sí mismo. El planeta ha entrado en una fase de desconfianza entre culturas, atraviesa terribles turbulencias económicas, carece de un liderazgo intelectual  y por si fuera poco, ha alcanzado un punto de erosión y desgaste del medio ambiente que podría no tener retorno.  
Si bien es cierto y muy a pesar de estos  acontecimientos, cada mañana que despertamos y abrimos los ojos podemos ver la grandeza de Dios!  Cada día debe ser para nosotros un motivo de oración por nuestras  familias,  nuestro país,  nuestra iglesia y  la paz del mundo sin  olvidarnos de adorar  y dar gracias a aquel que es el autor de la vida.  Dad a Jehová la gloria y el poder.  Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;  Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. Salmo 29, 1-2.
 Recordemos que nuestro  Dios es grande, que en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.  Suyo también el mar, pues El lo hizo; y sus manos formaron la tierra seca.   Aclamemos  alegremente y arrodillémonos delante de El  cada día porque El es nuestro Dios;  Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Salmo 95.
Bendiciones.


Salomé Quintero